domingo, 14 de marzo de 2010

SÍ QUE VALÍA LA PENA ... (14-03-2010)

By Jesús

Domingo 06:00h, ¿qué hago?, ¿me levanto?, ¿no me levanto? …

Domingo 06:05h, ¡¡¡¡¡ cooolllloooonnnsss!!!!!!!, pero como me duelen los riñones (ya sabía yo que tanto estirar no podía ser bueno, si en 20 año no lo he hecho, a ver a cuento de que ha de ser bueno ahora?

A oscuras bajo a la cocina, me hago mi yogurt con cereales y mi café corto y ahora, con gasolina en el cuerpo toca vestirse.

Domingo 06:30h, bicicleta en la calle y me aplico el ungüento que, parece ser, hará milagros sobre mi maltrecha musculatura.

Domingo 06:45h, últimos retoques en mi bicicleta, aceite y listo para marchar.

Domingo 07:00h, llego al punto de encuentro, el último, y veo que Enric, fiel a su promesa, no está.

Mi primera gran sorpresa de la mañana y positiva, Jenaro, que se presenta con una KONA blanca, nueva?, impoluta que me hace recordar aquellas primeras salidas con nuestras bicicletas rígidas total (tan rígidas que no llevaban ni amortiguador delantero) y que nos comenta ha recuperado y, el resultado final, ha sido espectacular.

¡¡¡ Macho, como me gusta !!!, más que tu brompton, que ya es gustarme.

La segunda, y esta mala, Joan se ha quedado sin freno delantero.

El grupo, no es completo, pero es bueno y promete. Los Cape: Joan y Carlos, César, Jenaro y yo, Jesús.

Jenaro decide la ruta a seguir, salida dirección Sant Vicenç de Montalt para desde allí bajar al restauran Jalpi y encarar la subida a la Creu de Canet.

A esta altura, Joan, bastante sobrado de fuerzas y entreno y al no llevar freno delantero, por la velocidad que sin querer va tomando su montura, decide tomar la cabeza del grupo y, junto con un César crecido por las circunstancias deciden poner tierra de por medio y se largan en busca de la Creu.

Yo, con más pena que gloria subo con Carlos y Jenaro hasta que decido parar para quietarme la maldita braga que creo que me va a ahogar y de paso, hacer mis primeros estiramientos de los muchos que he tenido que hacer para llegar a puerto.

Carlos, en un ataque de remordimiento salvaje baja a buscarme y me acompaña hasta coronar, cosa que yo agradezco y mucho.

En el descenso a Sant Iscle, negociamos el café, ¿Sant Iscle o Vallgorgina?

Gana la opción Vallgorgina, el café y pastas, en este pueblo, son de infarto.

Llegar al desayuno no va a ser fácil, la subida se convierte en una carrera de obstáculos convertidos éstos en ramas, troncos, árboles y algo de nieve sobrante del martes que, pese al paso de los días, aun aguanta.

Llegamos a Vallgorgina convertidos en croquetas y nos cobramos nuestro merecido desayuno.

La subida posterior al café, si la anterior fue de obstáculos, esta es una pista americana que ya acaba por romper mi maltrecha espalda.

Para rematar la mañana, nos marcamos el último corriol intransitable y acabamos con mas arañazos que el coche de los Blues Brothers en Granujas a Todo Ritmo.

Puede parecer que con todo esto, ya podríamos volver a casa del tirón, pero no. Un día en que César decide atacar y largarse en solitario, en la Font de Malpas pincha y acaba de esta manera su aventura en solitario ¡¡¡¡ CAAAAASSSSIIIIII !!!!!!.

Una vez solucionada la avería llegamos a Llavaneres Carlos, César y yo ya que, Jenaro, a la hora del pinchazo, se va por problemas de horarios y Joan, a la misma hora, decide que no tiene suficiente y se va también para darse una vueltecita hasta Calella, de bajada y sin freno.

Enric, extensa crónica para explicar con pelos y señales lo que te has perdido. No han sido más que 43 kms, pero te puedo asegurar que por dificultad y climatología (increíble), no merecía la pena esa media horita más de cama.

Saludos cordiales y, si nadie lo remedia, nos vemos el próximo fin de semana, eso si, sin los CAPE’S que para esos días ya estarán pegando barrigazos por tierras africanas.



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