NIGHT'S VERSUS MOLINS(1ª parte)

Datos de la salida:
Hora salida: 7 am
Night’s: Hernan, Jesús, Jenaro, Enric y Joan

Molins: Fran, Nico, Kiko, Rafa, Manel y Juanma
Distancia: 69 km
Tiempo de pedaleo efectivo: 4 hrs. 51 min.
Temperatura agradable. Terreno ligeramente húmedo, perfecto para ir en bici

A las 7 de la mañana, los Night’s inician ruta, dirección a Can Bruguera. Subida por Can Pep y después, por pista, hasta el lugar de reunión con los Molins.

Nuestros amigos se retrasan, por una pequeña avería que la potencia muscular de Kiko provoca en su maltrecha cadena.

Hernan y Enric, posando mientras esperábamos a los Molins

Momento emotivo de la mañana. Reencuentro con los Molins, en especial, para Jesús, recordando tiempos pasados...

Después de los correspondientes apretones de mano, abrazos y demás muestras de cariño mutuo, iniciamos la excelente ruta (powered by Enric) en dirección a Canyamars por la vía más rápida. Vamos a buscar el super corriol descubierto recientemente, largo y tendido, que después de la lluvia estaba en perfectas condiciones, cuya dureza hace que el grupo se estire y que muchos empiecen a saborear (y otros, a maldecir) la dura kilometrada que nos había preparado el Dr. Durany.

Después de coronar el corriol, seguimos subiendo en dirección al Corredor. La pista se abre y se producen los primeros zarpazos de la mañana. Nico, se muestra intratable, desplegando, en ocasiones, sus codos para evitar que la cubierta que le quiere dar caza, pueda superarle.

Vamos en dirección al camping y desde allí, por los Misteris, nos tiramos hacia Vallgorguina, por una serie de corrioles que improvisa Enric y que despiertan gran entusiasmo entre todos los descenders.

En Vallgorguina, tomamos un bocadillo, unos, más grande que otros, y reponemos fuerzas. Nos dejan Jenaro, Manel y Juanma, que regresan a casa. El resto, y después de dar cuenta de los bocatas, nos dirigimos a Olzinelles.

¡Reponiendo fuerzas!

Atravesamos Vallgorguina y nos enfilamos por una dura pista de subida, en la que Kiko, intenta dar, de nuevo, su buscado hachazo pero, Nico y Joan, responden con solvencia al conato de ataque. Llegamos a la carretera de asfalto y nos adentramos por un frondoso corriol, de pendiente moderada, que nos sirve para relajarnos un poco, totalmente a resguardo del sofocante calor, y que disfrutamos de lo lindo.

Pequeñas rampas en las piernas empiezan a aparecer entre el grupo.

Enric, avisa de que todavía quedaba la subida más dura de la mañana, lo que provoca cierto desasosiego entre todos. La guerra psicológica de Enric, ha empezado, poniendo a prueba las poquitas fuerzas que quedaban entre la tropa. También, y tras su premeditada amenaza, aprovecha para imponer un ritmo endiablado, al que dan respuesta Fran y Nico. Superamos a un nutrido grupo de ¿peregrinos?, que maravillados por el espectáculo que se les brida, en medio del bosque, se hacen a un lado sorprendidos y maravillados, a la vez, ante el imponente desfile de "musculosos" bikers.

Llegados al tan temido corriol pedregoso que anunciaba Enric, Nico, ágil como una ardilla, se escapa sin volver la vista atrás, muy seguro de sus fuerzas. Joan, le persigue a pocos metros. El corriol se hace largo, muy largo. El calor, los kilómetros acumulados y el gran número de piedras, acaban por rematar las piernas de todos.

Momentos antes de la peor subida de la mañana (según vaticinaba nuestro sherpa)

Kiko, finalizando el corriol pedregoso

Rafa, a pesar de sus rampas, finaliza el corriol con gran nivel

Hernan, quizás hoy un pelín cansado. Ja vindran dias millors, amic!

¡El agua milagrosa que ha recuperado a Rafa!

Mención especial para Rafa. En mi opinión, hoy ha dado una lección de lo que es ir en bicicleta de montaña. Manteniéndose en una posición cómoda, a un ritmo constante, siempre ha estado ahí delante, hasta que las rampas le han dicho basta. A pesar de que los cuádriceps parecían salirse de sus piernas, no ha perdido el buen humor y con una sonrisa en la cara ha aguantado estoicamente, como un jabato, los kilómetros que le han echado. Entre el fraile franciscano que se nos ha aparecido en medio de la montaña, acompañado de 5 feligresas, y la fuente de agua bien fresquita, le han dado la energía suficiente para aguantar hasta el final.

Bajamos hasta Sant Iscle, y por carretera, llegamos hasta el cruce de Arenys y Vallgorguina. En este tramo se produce el último pulso de la mañana: Kiko, Nico y Joan, acaban de quemar las poquitas fuerzas que quedaban. Después, rápido recuento de fuerzas, y decidimos por unanimidad volver por la nacional. Agrupados, llegamos hasta Llavaneres. Despedida y promesa de no ser la última salida compartida entre los dos grupos. Gran ambiente, mucho nivel y satisfacción generalizada por el trabajo hecho.

¡HASTA LA PRÓXIMA MOLINS!