lunes, 31 de enero de 2011

20.950 x 2 – 41.838 + 18 / 2

20.950 x 2 – 41.838 + 18 / 2


Domingo festivo por doble motivo, primero, es el día del señor y segundo y más importante es el día de Joan, nuestro señor y caballero (con una estrella).

Nos presentamos como cada mañana de domingo en nuestro ya conocido punto de encuentro y tras enumerar nuestra inacabable lista de males (em fa mal això, em fa mal allò, hoy tengo una pierna más corta, no me llega un brazo al manillar) iniciamos, un día más, la salida del finde que, por ser esta una especial iba a ser diferente.

Joan, para demostrar que su cuerpo no se ha resentido lo más mínimo con el salto de decenas que ha hecho en su cuenta particular de años, pone marcheta de “habla tú que a mi me da la risa” camino de Santa Mónica para poner tierra de por medio con todos y cada uno de los alegres domingueros que deciden salir a meterse sin respirar y de un solo bocado su obligado almuerzo.

Casi en un suspiro y con menos aire que la rueda de Carlos al final de la jornada llego al corredor con los ojos en blanco y con más frío que Bob Marley de bolos en el Polo Norte y, para sorpresa de Joan y descolocándolo por completo decidimos imitar a los alegres paseantes que hemos dejado por el camino dispuestos a comernos lo que nos pongan, eso si “calentito”.

Pablo, que ya debería estar esperándonos en una mesita y con su bici aparcada para el deseado descenso de vuelta, nos llama explicando que no ha podido venir porque tenía un pinchazo en la rueda.

No perdón uno no, dos,
¡¡¡ a no, no !!!, dos no tres,
¿ cómo que tres ?, cuatro, que son cuatro …
Y de esta manera hasta 40, para celebrar así, con su querido amigo, el natalicio de este.

En definitiva, que se nos presenta el amigo Pablete con su indumentaria de corsario negro, impoluto, peinado y recién levantado (porque hay cosas que se notan) pilotando su avión de combate AV-8A Harrier, ¡¡¡¡ y con su bici dentro !!!! (del avión) en el almuerzo (porque el dijo que venía y vino ).

Almuerzo de campeones, risas de las buenas y proyectos, muchos proyectos, flanes, músicos (sin trompetas) y culans (impresionantes y alguno con corazón), cafés y regalito, cánticos y vuelta a casa.

Arrastrándonos e intentado seguir el ritmo dictatorial que impone Cèsar, como podemos más que como queremos volvemos a Llavaneres y justo antes de llegar a casa, casi en la Font de la Llorita (una vuelta más y llega rodando) Carlos nos agradece lo bien que ha pasado el día haciendo exhibición de su arte como acróbata de circo y nos enseña una nueva manera de descender montañas de forma grácil y elegante como solo él sabe hacerlo, voltereta en descenso (con bicicleta incluida), aterrizaje justo dentro de la grieta de bajada con impresionante recepción de su bicicleta justo encima después de dar esta dos vueltas más en el aire ¡¡¡¡ IMPRESIONANTE !!! ni el Travis Pastrana ese de las motos.

Buena salida y mejor final con espectáculo incluido y todos sanos y salvos que es lo que importa.

Muchas felicidades para uno,
¿Que tal tu pierna? para otro,
Y, ¿te volviste a dormir? para Pablo.

Saludos y nos vemos en la próxima.



A esta imagen, le quitamos los puros, y vale igual para esta crónica

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